Carla giaccio Darias
(feb, 2024)
Carla Giaccio Darias es una artista italo-cubana, que utiliza principalmente la pintura como medio. En su práctica artística, el archivo, ya sea fotográfico u objetual, se convierte en un recipiente de presencia fundamental.
La fascinación de la artista por estos archivos surge de la oportunidad que ofrecen para su propio redescubrimiento y narrativa personal.
Durante su residencia en la Ciudad de México, Carla se sumerge en la investigación de especulaciones históricas relacionadas con la artista italiana Tina Modotti. Esta exploración se traducirá en la creación de un libro de artista, entre otros medios.
Durante su residencia trabajara con la artista y editora Maria José Casazza González, con quien explorará narrativas espaciales entrono al libro de artista como documento y objeto.
Puedes saber más sobre la práctica artística de Carla y Maria José en:
https://drive.google.com/open?id=1qD2yggOq-bRPIfgqLhF3QO85T5Fv75Z6
Carla Giaccio Darias is an Italo-Cuban artist who primarily works with painting as her medium. Within her artistic practice, the archive, whether photographic or object-based, becomes a fundamental vessel of presence. The artist's fascination with these archives arises from the opportunity they offer for her own rediscovery and personal narrative.
During her residency in Mexico City, Carla delves into historical speculations related to the Italian artist Tina Modotti. This exploration will translate into the creation of an artist's book, among other mediums.
During her residency, Carla will collaborate with the artist and editor Maria José Casazza González, with whom she will explore spatial narratives surrounding the artist's book as an object/document.
You can learn more about Carla and Maria José's artistic practice at:
https://drive.google.com/open?id=1qD2yggOq-bRPIfgqLhF3QO85T5Fv75Z6
"Los unicos son los niños"
Los únicos son los niños, es una serie de obras que incluyen un libro de artista y pinturas de retratos grupales, de niños de primaria encontrados en mercados de calle entre La Habana, Cuba y la Ciudad de México. Con esta serie la artista Italo-Cubana Carla Giaccio Darias, sustrae los rostros de los niños para capturar sus expresiones a través de un ejercicio pictórico. Inspirada por el lema "Los únicos son los niños", la artista utiliza la pintura al óleo tradicional para revelar las expresiones faciales de cada niño. La obra consiste en una serie de 6 pinturas y un libro de artista que incluye las 66 caras. Con estos medios, el trabajo de Giaccio Darias se pregunta sobre cómo el sistema educativo y sus prácticas de representación visual y de legitimación, persisten como un instrumento para perpetuar y reforzar la formación de la identidad nacional y cultural en ambos países.
El título toma una forma irónica de una postal cubana de los años 60, en la que se habla de los niños como los únicos privilegiados dentro de la Cuba Socialista. En esta serie, Carla Giaccio Darias habla de ironía, porque frases como la del título de la serie, aún contienen una contemporaneidad muy fuerte. Son palabras dichas y repetidas todos los días dentro del contexto cubano.
En el título de la obra, la palabra privilegio ha sido silenciada, al igual que se silencian tantas voces del pueblo caribeño. La educación moldea nuestra narrativa, la forma en que interpretamos y contamos nuestras experiencias y historias. El proceso educativo es una forma de intervenir en el futuro.
No es casualidad que uno de los puntos más importantes de cualquier régimen totalitario sea intervenir en el proceso educativo lo antes posible. Apropiarse de la educación, capitaliza el proceso narrativo mediante el cual se da sentido a la experiencia y, por tanto, es también una forma de controlar las reacciones emocionales ante la realidad.
Al igual que el arte, la educación es un proceso narrativo, la creación de historias simbólicas e icónicas que darán sentido a nuestros miedos o nos permitirán un espacio de libertad. La educación, como el arte, es también un sistema de generación de asociaciones. Pero mientras el arte se ocupa de imágenes, sonidos y situaciones, la educación se ocupa del comportamiento y la conducta social. El comportamiento se utiliza en la sociedad no sólo como herramienta de comunicación, sino también como fuente de interpretación y juicio. Es a través del comportamiento como uno se define y categoriza en la sociedad.
El libro de artista, que forma parte de este proyecto, consta de una caja de hierro soldado de 20x20x5cm, dos impresiones sobre aluminio, una en la tapa y otra en la inferior de la misma, y en su interior, finalmente, encontramos 66 fotografías.
Las 66 fotografías enmarcan individualmente 66 rostros de niños y niñas de dos fotografías de escuela primaria. El cambio de escala, la ampliación de estos rostros, transforma la relación que uno tiene con ellos. Uno ya no se limita a mirar una fotografía escolar de una serie de niños en una época incierta. Sino que uno mira, observa y siente toda la esfera de emociones que emergen de sus miradas. Alegría, inocencia, confusión, dolor, indiferencia y amor. En la posibilidad de tener un espacio y un tiempo para cada uno de ellos, se entra en una relación íntima que no nos permite pensar que hemos descifrado una imagen colectiva en unos instantes.
Los únicos son los niños
Carla Giaccio Darias,
Translated into English as "The only one are the children," this series includes an artist's book and six portrait paintings. These pieces are based on classroom portraits of elementary school children found in street markets between Havana, Cuba, and Mexico City. With this work the italian-Cuban artist Carla Giaccio Darias, extracts the faces of the children to capture their expressions through a pictorial exercise. Inspired by the motto Los únicos son los niños, the artist uses traditional oil painting to reveal the facial expressions of each child. The work consists of a series of 6 paintings and an artist's book that includes the 66 faces. Through these mediums, Giaccio Darias's work questions how the educational system and its practices of visual representation and legitimization persist as instruments for perpetuating and reinforcing the formation of national and cultural identity in both countries.
The title of this work is derived from a Cuban postcard around the 1960s, which depicts children as the sole privileged individuals in Socialist Cuba. Carla Giaccio Darias explores the irony inherent in phrases like this, which continue to resonate strongly in contemporary times. These words are uttered and echoed daily within the Cuban context.
In the title of the work, the word "privilege" has been silenced, just as so many voices of the Caribbean people are silenced. For the artists, education shapes daily narratives, such as the way we interpret and tell our national experiences and stories. The educational process is a way to intervene in the future.
It is no coincidence that one of the primary objectives of any totalitarian regime is to intervene in the educational process at the earliest opportunity. By appropriating the educational system, they capitalize on the narrative process through which experiences are imbued with meaning. Consequently, it becomes a means to control emotional responses to reality. Like art, education is a narrative process, the creation of symbolic and iconic stories that will give meaning to our fears or allow us a space of freedom. Education, like art, is also a system of generating associations. But while art deals with images, sounds, and situations, education deals with behavior and social conduct. Behavior is used in society not only as a tool of communication but also as a source of interpretation and judgment. It is through behavior that one defines and categorizes oneself in society.
As part of this project, the artist's book comprises a welded iron box measuring 20x20x5cm. The box features two aluminum prints displaying scholar class portraits from Mexico and Cuba, one on the cover and the other on the bottom. Inside the box, there are 66 portrait photographs. The change of scale, and the enlargement of these faces, transforms the relationship that one can have with them. A relation that is not limited to looking at a school photograph of a series of children in an uncertain time. Instead, one looks, observes, and feels the entire sphere of emotions that emerge from their faces. Joy, innocence, confusion, pain, indifference, and love. When one has the opportunity to establish a connection with the portraits, it fosters an intimate relationship that prevents us from assuming we have deciphered a collective image in a mere instant.